
La Pascua es la fiesta central del cristianismo, en la que se conmemora, de acuerdo con los evangelios, la resurrección de Jesucristo el tercer día después de haber sido crucificado. Después del calvario, la crucifixión y la muerte, la resurrección. Para la fe católica, es más importante que la Navidad, cuando se recuerda el nacimiento del niño Dios en un pobre pesebre de Belén.
Los uruguayos en Turismo, nos vamos al monte, matamos y comemos todo bicho que camina y alguno de los que se arrastran o nadan. Nos tomamos todo el vino que nos pase por la garganta y llegamos al fin de semana -con la culminación de La Vuelta-, hechos ‘bolsa’ pero prontos para empezar el año.
Aunque desde hace unos años, para Turismo y/o Semana Santa se ha popularizado viajar en familia. Vale ir a visitar una tía vieja, una excursión a las Sierras de Minas, las termas, algún país cercano, Europa o las Islas Fiji. Vamos hasta donde dé el bolsillo o la ‘tarjeta’. Por ‘uruguayos’ me refiero en realidad a la amplia gama de clase-media que conforma nuestras mayorías. Hay un puñado -500 familias- que tienen más de lo que pueden tragar y otros, en la otra punta, que tienen menos de lo mínimo necesario. Los uruguayos somos el pelotón que va en el medio, los que pedalean con ganas de alcanzar a los punteros y los que luchan por no quedar rezagados.
Y aquí estoy, en Ciudad de la Costa, descansando de mi ajetreada vida de abuelo y jubilado, buscando tema para escribir un rato. Lo mío no es la religión o la filosofía. Tampoco la tradición o el ciclismo.
Alegro ma non tropo. Una frustración generalizada con el statu-quo recorre el mundo. Demasiadas guerras sangrientas, marginación, pobreza, ignorancia, hambre… Los muchos bienes materiales que la humanidad genera apropiados por una selecta elite. Los cuestionamientos a la globalización se expresan electoralmente, en Europa y Estados Unidos, en el éxito de peligrosos movimientos ultranacionalistas de derecha.
En la periferia -América del Sur, África, Asia y Medio Oriente- las riquezas naturales, los recursos de todo tipo, no son para disfrute de los pueblos. Empresas transnacionales de por medio, propiedad y derechos son arrebatados a sus legítimos titulares. Estas todopoderosas empresas, por medio de Tratados de protección de inversiones y de Libre comercio, aseguran para las “inversiones extranjeras” tasas de ganancia astronómicas y para los pueblos atraso perpetuo.
Discursos sin sustantivos. Aunque para los Ministros de Economía y Presidentes de Bancos centrales del G20 (los 20 países más poderosos) “el comercio internacional y la inversión son motores importantes del crecimiento, la productividad, la innovación, la creación de empleo y el desarrollo”, un informe del diario Página 12 señala: “no hubo referencias concretas a la necesidad de regular el sistema financiero ni a atacar la proliferación de guaridas fiscales”. Los mecanismos por los que se concreta el saqueo y aquellos por los que se le naturaliza, no están en discusión.
Así me entero que “A escala mundial, el nivel de deuda de los Estados soberanos, empresas y hogares registra máximos históricos, aumentando la vulnerabilidad financiera del sistema”. Ni que decir de la situación de humanas y humanos dentro del sistema.
Algunos economistas nos proponen “abandonar las políticas de ajuste fiscal y reforma estructural en favor de políticas coordinadas de estímulo a la demanda agregada” o sea al consumo de las familias. Los salarios sobre todo, ese costo que el capital quiere bajar a como dé lugar.
Indecisos y desencantados. Dijo ‘Pepe’ en Santana do Livramento, cuando se encontró con ‘Lula’ que las derrotas de la izquierda son “hijas de sus divisiones” internas. Que“tenemos que aprender en toda América Latina que sin unidad no hay poder a la larga y que nadie tiene la verdad total”. ¿De dónde sale tanta lucha interna, la discusión y desunión en las izquierdas? El ‘foquismo’ no funcionó pero ¿fue efectivamente abandonado por quienes lo practicaron? Las tácticas de copamiento y la consiguiente exclusión del compañero que milita en otro sector, la lucha por el predominio en la interna, ¿no existen más? ¿El Pepe no está enterado de nada?
El desencanto es también hijo de esas malas prácticas, potenciadas por otras tanto o más malas, como el acomodo y buscar la ventaja personal. Nos gana la indecisión, entre otras razones, porque no queremos dañar un proyecto al que dedicamos tanto. Pero tampoco estamos dispuestos a dejar que se dañe por tolerar ‘errores’ tan humanos como las ‘debilidades’ de avivados y ventajeros.
Por eso estoy decidido a poner mis mejores esfuerzos mientras pueda. No me gana el desencanto porque siempre supe que el proceso hacia la construcción de un mundo mejor no sería fácil. La imagen de Jesús caminando hacia su martirio, para resucitar después, tiene una inmensa fuerza simbólica.
No cualquiera pasado fue mejor.Por eso es oportuno que Daniel Olesker nos recuerde:“el salario real donde más creció en estos 10 años fue en las ramas privadas de menor salario (rurales, domésticos, comercio, servicios de limpieza y seguridad) o públicos más rezagados (educación, salud, policía)”. En el ámbito privado, donde no hay sindicato fuerte, el salario y las condiciones de trabajo no son buenos. Curiosamente, en el sector público los y las trabajadoras –que en enseñanza y salud son amplia mayoría- tenían antes de 2005 los salarios más sumergidos. Había sindicatos fuertes en esos dos sectores y hubo luchas memorables, pero ¿a quién le duele la huelga de maestras y enfermeras? ¿Por qué, si la seguridad es tan importante, a los policías se les pagaba tan mal? Tenemos la salud, la educación y la policía que heredamos de después de décadas de políticas coherentes con las prioridades reales que había. Estamos construyendo otra cosa, algo que nunca hubo porque jamás se le destinó recursos apropiados.
Según el Ministro de Seguridad Social, Ernesto Murro, los accidentes laborales se redujeron un tercio desde 2014, cuando se aprobó la Ley de Responsabilidad Penal del Empleador. Otra buena ley, a la que se opusieron el capital y sus representantes. ¿Cuántos empresarios han sido perseguidos por esta ley, cuántos procesados y cuántos presos? Tenía razón el Pit-Cnt, una vez más los trabajadores tenían razón y las cámaras patronales se oponían a lo que podía suponer algún costo adicional para sus empresas. Para ellos, lo que se invierte en seguridad es pérdida de rentabilidad. Para los trabajadores el beneficio se contabiliza en salud y vidas. Aquí está el centro de una gran disputa.De un lado los que defendemos el derecho a la salud y la vida; del otro, los que reivindican “rentabilidad o muerte”.
Ni sí, ni no… ¡todo lo contrario! No estoy desencantado, ni soy un indeciso más. En este santo turismo de 2018 escribo. Mientras, espero poder votar las próximas elecciones con la misma convicción de siempre (y mejores candidatas/os que en las pasadas).
David Rabinovich
Imagen: Montevideo Portal