Nació en Montevideo el 21 de enero de 1941. Tiene dos hijas Ximena y Florencia, y es abuela de Tao.
Actualmente forma parte del Ejecutivo Nacional de Casa Grande y milita activamente por los derechos sociales. Gracias a su larga trayectoria de militancia y su larga experiencia como representante parlamentaria, es reconocida como la decana de las legisladoras feministas.
Cursó primaria en el Colegio Santo Domingo (Hermanas Dominicas) y secundaria en el Colegio Sacré Cœur. Estudió Filosofía, Políticas de Gestión y Planificación Estratégicas, Modernización de Grupos y Desarrollo Local. También se ha especializado en políticas públicas con perspectiva de género. Asistió a la Facultad de Bellas Artes y trabajó pintando miniaturas hasta que comenzó a desempeñarse como secretaria ejecutiva. Su vida se vio influida por su trabajo en Emaús, en la parroquia de Malvín y por el pensamiento de Juan Luis Segundo (filósofo y teólogo uruguayo).
A la salida de la dictadura participó de la fundación de la Izquierda Democrática Independiente (IDI) y luego de la Vertiente Artiguista e integró la Dirección Nacional y su Mesa Ejecutiva desde su creación. Participó también de la creación del Plenario de Mujeres del Uruguay (PLEMUU) en 1984, de la Concertación Nacional de Mujeres del Uruguay en 1985, de la Red de Mujeres Políticas del Uruguay (1992), de la Red Género y Familia (1994) y de la Bancada Femenina de la Cámara de Diputados (2000).
En 1990 fue electa diputada pero renunció para asumir el edilato en el primer gobierno departamental de Montevideo del Frente Amplio (período 1990-1995). Luego resultó reelecta como edila para el período 1995-2000, asumiendo como Presidenta de la Junta Departamental en los años 1991 y 1996.
En las elecciones nacionales de 1999, fue electa diputada y en el año 2000 ejerció la Vicepresidencia de la Cámara de Representantes. Ya como diputada comenzó nuevamente a tejer una red de mujeres políticas capaces de afianzar los derechos de las mujeres a través del cambio de las normas jurídicas. Junto a las también diputadas Beatriz Argimón y Glenda Rondán, crearon la Bancada Femenina, un espacio desde el cual impulsar la agenda legislativa con perspectiva de género.
En el año 2005 fue electa Senadora de la Republica y ocupó dicha banca hasta marzo de 2010, año en que decidió alejarse de la política institucional para dejarle el lugar a las nuevas generaciones. Así fueron sus palabras dirigidas a los jóvenes: “siempre tengan algo por lo que pelear, no pierdan nunca las ganas por pelear, no dejen que gane la indiferencia”. En octubre del 2016 recibió la distinción de Ciudadana Ilustre por la Intendencia Municipal de Montevideo, junto a Renée Pietrafesa y Elena Fonseca.
Su lucha por los derechos sigue más viva que nunca, trabajando articuladamente con los movimientos sociales y sindicales, así como en el Frente Amplio. Ha participado de incontables foros, paneles y seminarios como expositora y comentarista a nivel académico, parlamentario y de organizaciones de la sociedad civil. También se ha preparado como educadora popular y coordinadora de grupos.
Nos cuenta que en su tiempo libre se dedica a leer libros de ciencia ficción y a resolver palabras cruzadas, es tan fanática que su kioskero siempre le guarda las nuevas ediciones.