Violeta, verde y rojo

El sábado 27 pasado se realizó la Asamblea Ciudadana de CASA GRANDE, sector que integro dentro del Frente Amplio. El objetivo de la Asamblea era definir a cuál de las cuatro precandidaturas por el Frente Amplio se iba a adherir. El resultado ya es conocido, porque esa misma tarde salió en todos los medios el apoyo de Casa Grande a la candidatura de Daniel Martínez. +


Declaración de la Asamblea Nacional Ciudadana de Casa Grande 27/10/18

Reunida en Asamblea Nacional Ciudadana, Casa Grande culmina de forma exitosa un importante proceso de deliberación sobre las precandidaturas en las elecciones primarias de junio de 2019. Durante el último mes, se han mantenido encuentros con cada uno de los compañeros y compañera que serán considerados en el próximo Plenario Nacional donde han expuesto sobre el Frente Amplio, la plataforma programática y los acentos que deberá tener un cuarto gobierno nacional en relación a las inquietudes de nuestro propio sector.

De esta forma, Casa Grande resuelve:

2) Apoyar a todos los compañeros/a en el próximo Plenario Nacional y en el Congreso Extraordinario, ya que las múltiples candidaturas representan un relevo generacional que el Frente Amplio tanto necesita porque no hay renovación de ideas sin renovación generacional y de género. Por consiguiente su aparición en el escenario político debe ser celebrada y apoyada porque en ellos radica la diversidad que es el Frente Amplio.

2) Acompañar al precandidato Daniel Martínez, con quien nos une un recorrido político común desde la campaña de mayo de 2015 durante el cual hemos construido pensamiento y prácticas comunes en el terreno de las políticas sociales, ambientales, urbanas y de convivencia y de combate a la desigualdad de género.

3) Permitir que en aquellos departamentos del interior del país donde la preferencia por otro candidato sea distinta a esta resolución mayoritaria, se abra un compás de espera hasta el fin del Congreso, habilitando de ser necesario la posibilidad de que concurran con otra lista a la elección nacional.


Bolsonaro: una construcción política engendrada por el golpe de Estado en Brasil

“Es el signo de los tiempos que los locos guíen a los ciegos” (William Shakespeare)

Miedo. Es el sentimiento que nos animó a muchos, conocidos los resultados de las elecciones de este domingo. Miedo. Miedo a un Brasil autoritario. Miedo al país más grande de América Latina gobernado por una extrema derecha nostálgica de la dictadura y partidaria de un liberalismo económico llevado hasta el extremo. Miedo por Uruguay. Miedo por Brasil. Miedo por América Latina.

Jair Bolsonaro superó todas las expectativas de voto. Las encuestas lo ubicaban por debajo del 40% hasta pocos días antes de los comicios, frente a un Fernando Haddad que crecía cada semana. Pero le faltaron semanas. Bolsonaro estaba instalado. Haddad no. El retraso con el que el Partido de los Trabajadores (PT) definió su candidatura –inevitablemente o no-, no lo ayudó. Aun así, votó excepcionalmente bien y demostró que el PT sigue siendo el único partido con la capacidad de hacerle frente a la derecha. Sí, el viejo y cuestionado PT, tan criticado por sus concesiones a la derecha, tan defenestrado por sus escándalos de corrupción, por suerte, existe. Y las esperanzas de un efecto de amortiguación de los vientos de derecha que soplan en Brasil recaen en este partido.

El voto de Bolsonaro refleja el pavor de las clases medias y medias altas a perder sus privilegios, el fantástico modo de vida que ostentaron históricamente frente a la pobreza de la inmensa mayoría del pueblo brasilero. Luego de dos siglos de gobiernos oligárquicos, el empoderamiento del pueblo brasileño que había empezado a combatir la gigante brecha entre ricos y pobres se enfrentó a la consigna: “no queremos ser Venezuela”. Esa es la bandera que se agita en el sur del país, en las grandes ciudades, en la playa de Copacabana, como antes se agitaba en contra de Cuba. Al progresismo le llaman progredumbre, y de la mano de un conservadurismo social bien alimentado por las iglesias evangélicas, el Brasil del atraso comenzó a ganar, nuevamente, su partida.

El petismo parece arrinconado en el nordeste empobrecido, mientras en San Pablo y Río de Janeiro campea Bolsonaro. ¿Cómo se explica esto? ¿Por qué el PT, un partido que surgió en San Pablo, en las grandes capitales, en el electorado moderno y educado de Brasil, transformó su ecología del voto para asentarse entre los pobres del nordeste brasilero? ¿Cómo el 50% que votó por Dilma Rousseff hace solo cuatro años hoy vota por Bolsonaro?

Jairo Nicolau, politólogo brasileño, señala que el 45% de las personas con estudios superiores votaron por Bolsonaro, mientras que solo el 25% de los pobres lo hicieron. Quienes lo defienden usan el término “restauración” y pregonan la vuelta a una sociedad “de valores”. La BBC Mundo (*) recoge el testimonio de alguien que expresa: “[lo voto porque] es conservador en las costumbres y liberal en la economía [porque] puede contener el deterioro de los valores y la cultura […] y que es fruto del marxismo cultural”.

Leí un titular de un diario uruguayo donde connotados dirigentes de la oposición decían que la culpa del voto de Bolsonaro en Brasil la tenía la corrupción del PT. Es como decir que la culpa de que una mujer sea violada la tiene su mal comportamiento, y no la bestia que la agredió. Porque la explicación más simple, y el hecho más significativo en el Brasil de estos últimos años, apunta al golpe de Estado. El golpe de Estado contra Dilma (porque de eso se trató el impeachment y no de otra cosa) es lo que conduce a Bolsonaro. De aquellos polvos vinieron estos lodos.

Bolsonaro no es una creación tan “de la nada” como Fernando Collor de Mello, pero se le parece. Saltó a la fama con su discurso contra Dilma en ocasión del impeachment. Sin pertenecer a un partido significativo, su figura se agrandó alimentada de carroña, de odio, de desprecio. Entre las elecciones anteriores y las celebradas ayer, su pequeño partido, el PSL, pasó de tener 8 bancas en la Cámara de Diputados a tener 52. Desplazó al MDB de Michel Temer (y de Eduardo Cunha) y al PSDB de Fernando Henrique Cardoso. Cómplices del golpismo, ninguno de estos dos partidos salió indemne. El MDB pasó de 51 bancas a 33 y el PSDB de 49 a 29. Ellos pusieron el huevo de la serpiente. Y allí anidó. Hoy se despliega impúdicamente sobre el paisaje de la resaca que dejó el gobierno de Temer.

El gran empresariado brasileño, las clases medias y medias altas, la población despolitizada y asqueada por los escándalos de corrupción que día a día inundaron los medios de comunicación, construyeron el primer gabinete con políticos y empresarios. Fracasaron. Hoy declinan su poder ante el gran “otro” de la política brasileña: las Fuerzas Armadas (hay que recordar que el candidato a vice de Bolsonaro, Hamilton Mourão, es también un militar). Esas que se mantuvieron intactas desde el fin de la dictadura, y que todavía ostentan prestigio entre la población que cree en el “milagro económico” brasileño durante los años de plomo. Y que piden seguridad y orden. Y que creen que una buena “mano dura” contendrá el desorden económico y social de Brasil (lo mismo que creyeron los monárquicos, en su época).

Para Uruguay, no pueden ser noticias peores. Un Mercosur implosionado por gobiernos poco proclives a una integración regional, un Brasil que se corta solo en la negociación con terceros, un gobierno conservador, religioso y autoritario del otro lado de la frontera, son todas malas noticias. La derecha uruguaya debiera entender bien cuál es el interés de Uruguay. Y ser sincera sobre la creación de Bolsonaro. No lo creó la izquierda, sino la derecha: es su serpiente, fueron sus huevos, fue su estrategia para desembarazarse de la izquierda lo que abrió la caja de Pandora. Y ahora que está abierta, todos se preguntan: ¿cómo pasó esto? Y sí…fue pasando…en cámara lenta. Todos lo vimos. La prisión de Lula, el Lavajato, la destitución de Dilma…y ahora, Bolsonaro.

Nada de esto es nuevo en el siglo XXI. La historia del siglo XX estuvo plagada de concesiones al fascismo y al autoritarismo con tal de que la izquierda no prosperara. Y son las clases medias y altas (la pequeña y gran burguesía), las que alimentan con su miedo a cualquier cambio en el status quo, estas serpientes. Por más tímida que sea la izquierda en sus políticas y medidas, para la derecha, es siempre un enemigo. De eso se trata. De borrarla de la faz de la tierra, de denostarla, de eliminar su prestigio de las mentes y corazones de quienes vieron en ella una esperanza. Porque por más inocua que parezca la izquierda, siempre tiene dentro de sí la semilla de la libertad, de la rebeldía, del poder a favor de los más pobres, de los humildes, de los explotados. Solo en este sentido, la izquierda alimenta a las derechas. Porque las enfrenta. Porque las desnuda. Y Bolsonaro es, exactamente, la derecha desnuda. La derecha tal cual es. Sin disfraces.

Y asusta.

Constanza Moreira

 

(*) BBC News Mundo, 8/10/2018 (https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-45781389).

 


Inserción económica internacional y empleo

Para un país pequeño como Uruguay la inserción económica internacional es vital para su desarrollo y el empleo es el tema central para avanzar hacia la igualdad. Vivimos en un mundo donde se proclama permanentemente por la libertad de comercio, pero en la realidad esta no existe, por la cantidad de acuerdos comerciales existentes y porque los países desarrollados imponen restricciones a través de ayudas a los productores rurales, picos arancelarios, rubros sensibles y así sucesivamente. Entre los años 2003 y 2014, al influjo del crecimiento de China y de su demanda sobre productos primarios, aumentaron los precios internacionales de estos productos, lo que favoreció a las economías de los países de la América del Sur. Lo importante a destacar es que en el mundo del conocimiento, los países de nuestra región venden básicamente commodities, con muy bajo valor agregado lo que limita las posibilidades de empleo y de avanzar hacia la igualdad.

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La izquierda debe poner inteligencia y lucidez

Con la sede del Frente Amplio llena, se realizó la actividad organizada por Casa Grande-Maldonado “Hacia dónde debería ir la izquierda en un cuarto gobierno?”, las oradoras principales fueron nuestras compañeras Constanza Moreira y Fabiana Goyeneche, ambas representantes de Casa Grande.

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Todxs a la mesa

Luego del Congreso del PIT CNT consideramos necesario abrir de par en par las puertas de nuestra Casa Grande para escuchar las voces de algunos y algunas protagonistas que nos ayuden a entender su proceso y saber cómo queda configurado el escenario para el futuro. Es por eso que invitamos a Tatiana Antúnez, Favio Riverón, Abigail Puig, Gonzalo Castelgrande, Miriam dos Santos y Daniel Diverio para ayudarnos a construir el relato.

¡Ay! Qué dura está la olla

Eran muchos los aspectos que daban una particular relevancia a este XIII congreso del PIT CNT. Los pocos días que faltan para la presentación de una rendición de cuentas que se anuncia conflictiva, la ronda de consejos de salarios más importante de la historia del país, un contexto regional sumamente adverso para los sectores populares y el cuco de la derecha acechando, hacían el caldo muy espeso.

La clase trabajadora se citó a discutir y posicionarse respecto al futuro con dos desafíos sobresalientes: Atender a las justas demandas del movimiento feminista y transformar radicalmente la representación de género en el órgano directivo e intentar salir ilesos manteniendo la unidad frente a las crecientes pujas de poder entre las distintas vertientes que habían desembocado en la presentación de 3 documentos distintos para la plenaria.

A ponerla en Congreso para ver si la ablandamos

La caracterización de la etapa era un aspecto fundamental. Una definición tan esperada como necesaria de este XIII Congreso para este contexto regional adverso, la crisis en los derechos de la clase trabajadora en los países vecinos, el avance feroz de las derechas latinoamericanas, el creciente discurso anti ideológico, el fuerte cuestionamiento al movimiento sindical, el fomento de que vale lo mismo un gobierno de izquierda que uno de derecha mientras se haga una “gestión eficiente”, aunque nadie nos explique muy bien de que se trata. Estas circunstancias  hacían menester un grito de unidad y una perspectiva aglutinada de la clase trabajadora.

Si bien no se llegó a un documento único que alcance la caracterización de la etapa, se presentaron tres documentos que se pusieron a consideración de la plenaria y fueron votados a favor evidenciando de arranque nomás la voluntad política de salir fortalecidos y unificados. Más allá de que las diferencias son parte fundante de la democracia, enriquecen el debate, y como dijo la compañera Tatiana Antúnez “el congreso no lauda”, la saludable madurez del PIT CNT le permitió llegar a una síntesis a pesar de las diferencias, que existen y existirán. El movimiento tiene claro en dónde está y hacia donde debe ir.

Participaron del congreso mil cien representantes de todas partes del país; 40% eran mujeres (algo menos que el congreso pasado). Semanas antes, más de 250 mujeres se habían reunido en el Encuentro Nacional de género del PIT CNT. Este congreso tenía entonces el desafío explícito y urgente de mejorar la representatividad por género en la dirección, generar así corrimientos en los juegos de poder y movimientos que seguramente generen rechazos que exceden incluso a la cuestión patriarcal. Los exponentes en la charla fueron unánimes en destacar la buena disposición para ceder espacios y comenzar, si no a hacer justicia, por lo menos a equilibrar la participación en espacios de decisión. El Congreso dejó entonces una representación femenina de 35% en la Mesa Representativa y un tercio del Secretariado Ejecutivo.

Todxs a la mesa

Queda entonces mucha tela para cortar luego del XIII Congreso del PIT CNT. Las novedades abundan y desde la fuerza política debemos estar atentos y atentas a estos movimientos. La alianza inédita entre Articulación y PC son un síntoma claro de que los movimientos de poder no responden exclusivamente a la cuestión de género y que si bien la central sindical está fuerte y unida, otras nuevas voces emergen cada vez con más fuerza y afortunadamente como dijo el compañero Riverón “hay relevos de sobra”. 

El proyecto de rendición de cuentas del Ejecutivo es cuando menos magro; los meses venideros serán turbulentos. De ahí que el FA deba estar muy atento a los reclamos de la clase trabajadora para sostener el norte que nos trajo hasta acá. Esta es la última rendición de cuentas y la torta hay que partirla como se debe, si entendemos que es necesario un 4to gobierno del FA. Riverón afirmó «que el PIT CNT ha cuidado más al gobierno de lo que el gobierno ha cuidado al movimiento sindical» y eso debe ser una señal de alarma. Si no atendemos estos reclamos el vínculo entre la fuerza política y la sociedad se puede partir. Después: a llorar al cuartito.

Las mujeres comienzan a ser reconocidas aunque no es suficiente. Para ellas debe ir la mitad del poder y esto no es negociable. Seguramente este comienzo inclusivo en la dirección abre una nueva etapa de iniciativas, aciertos, errores. Una transformación que tendrá repercusiones en la sociedad toda y a la que desde Casa Grande damos la bienvenida. El movimiento feminista viene levantando tierra y las mujeres jugando fuerte. Tienen cancha y van por más.

Manuel Falero


Casa Grande declara:

La Coordinación Nacional de Casa Grande reunida el día 26 de mayo de 2018:

1. Saluda con gran entusiasmo las jornadas del Congreso llevado adelante por el PIT-CNT, que reunió más de dos mil delegadas/os para discutir sobre el futuro de los trabajadores/as y que contará, a partir de ahora, con cinco mujeres integradas a su secretariado. Las brechas salariales se hacen más profundas si miramos el género; si queremos una sociedad sin explotadores ni explotados se hace imprescindible la lucha contra el capitalismo, pero también contra el patriarcado.

2. Saluda a las organizaciones de derechos humanos por la multitudinaria Marcha del Silencio del pasado 20 de mayo, la cual nos sigue recordando que la lucha contra la impunidad es una deuda pendiente con nuestra sociedad.

3. Con la convicción de que las altas tasas de delito tienen su origen en múltiples factores y que una política de seguridad ciudadana debe poner el énfasis en la dimensión preventiva, Casa Grande rechaza la iniciativa de recolección de firmas para plebiscitar una reforma de la seguridad. Tal iniciativa pone la promoción del miedo como centro del debate e involucra a las Fuerzas Armadas en las actividades de seguridad interna. La experiencia de tal involucramiento en otros países demuestra que la militarización de la seguridad pública ha llevado a un retroceso alarmante en materia de derechos humanos sin ningún resultado elocuente.

4. Resolución

Casa Grande cree que debe derogarse o transformarse radicalmente la llamada Ley de Riego. Acompaña también la ampliación del debate público que ha promovido la realización de un referéndum al respecto, debate que fue muy restringido durante el tratamiento y aprobación de la ley. En este sentido, ha apoyado y habrá de acompañar, hasta las últimas consecuencias, las negociaciones y el diálogo entre los actores sociales y el Frente Amplio a efectos de la modificación y reglamentación de la norma, y mantendrá dicha postura hasta tanto este tema sea discutido en el ámbito correspondiente. En caso de constatarse un fracaso absoluto e irreversible en el proceso de diálogo, los integrantes de Casa Grande podrán acompañar la recolección de firmas por el referéndum.


Ante la denuncia de violencia de género a un Alcalde del Frente Amplio, declaramos:

Ante la denuncia de violencia de género a un Alcalde del Frente Amplio:

Casa Grande es desde sus orígenes un sector feminista, que ha levantado siempre la bandera por la igualdad de género y el compromiso en la lucha contra la violencia basada en género.

Somos conscientes de que la violencia de género es un problema estructural, que no distingue clases sociales, edades, ni partidos políticos. Y que muchas veces las agresiones machistas provienen de hombres que se dicen aliados de nuestra lucha.

Hoy nos conmueve un nuevo caso que toma alta exposición pública por tratarse de un Alcalde electo por la ciudadanía para gobernar el Municipio C, dirigente de nuestro querido Frente Amplio. Sabemos que este caso no es el único pero debemos actuar para que no vuelva a suceder.

Es por ello que manifestamos nuestro respaldo a la iniciativa que ha tenido ante este caso la Unidad Temática de los Derechos de las Ciudadanas, que ha solicitado diligentemente una reunión a la Presidencia del FA por este tema y la misma se concretará en la próximas horas; igualmente instamos al Frente Amplio en su conjunto a establecer acciones urgentes, así como pautas claras y concretas de procedimiento ante este tipo de hechos.

El Frente Amplio en su último Congreso se declaró antipatriarcal, y para que estas palabras redunden en hechos debemos erradicar la violencia de nuestras filas y reclamar la máxima responsabilidad de quienes la ejerzan.

También entendemos que en el ámbito de violencia de género, un enorme número de casos quedan sin un pronunciamiento de la Justicia que ratifique o condene la ocurrencia de estos hechos, especialmente cuando se excluye de la órbita penal. Por eso es imperioso definir un ámbito de actuación que, respetando las garantías necesarias, sea capaz de tomar definiciones políticas que no deban esperar a los pronunciamientos del Poder Judicial.

Requerimos enfáticamente la incorporación de procedimientos claros y efectivos para que nuestra fuerza política tome medidas al respecto, a través del Tribunal de Conducta Política o de quienes se entienda pertinente. Lo mismo nos comprometemos a hacer desde Casa Grande para con el funcionamiento de nuestro sector y ya estamos trabajando en ello.

Y llamamos a toda la ciudadanía a comprometerse en la lucha contra la violencia basada en género, sin distinción de partidos políticos, sectores ni de ningún otro tipo.


Constanza Moreira: “ No quiero que la ciudadanía se vea privada de decidir qué temas discutir»

Compartimos desgrabación de entrevista realizada a la senadora de Casa Grande sobre el Plenario Nacional del Frente Amplio.

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Los descontentos y desencantos

A un año y medio de las próximas elecciones el Frente Amplio no pasa por su mejor momento. Hay cierto grado de descontentos en la sociedad en general, pero sobretodo nos preocupa los descontentos y desencantos de los frentistas. Ello se nota en los diálogos con los amigos, los familiares, los frentistas cercanos. Las distintas encuestas lo reflejan. La intención de voto al Frente Amplio está muy por debajo de las encuestas del tercer año de gobierno del período pasado, y por supuesto, de la votación en el 2014. La parte más importante de votantes frentistas que no eligen al FA van a los indecisos. En octubre del 2019 definirán. No están perdidos. Pero la novedad es que una parte de los votantes del FA expresan las posibilidades de votar a los partidos tradicionales y, especialmente, al partido Nacional.

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