El triunfo de Bolsonaro tiene enormes repercusiones en la región y en el Uruguay. Brasil durante muchos años fue el primer comprador de bienes uruguayos, y ahora es el segundo después de China. La característica del intercambio dentro del Mercosur es que predominan rubros industrializados con alto valor agregado. Políticamente los sucesos brasileños, de alguna manera influirán y repercutirán en los países de la región. Se ha escrito mucho sobre Bolsonaro y sus bochornosas declaraciones con expresiones racistas, contra las mujeres, los negros, la diversidad sexual y así sucesivamente. Hay críticas desde la derecha y desde la izquierda.
Hay una parte de la izquierda que le cuesta reconocer los errores del partido de los Trabajadores y pone todo el énfasis en razones externas. Comencemos con una anécdota. En la conferencia de la Alianza para el Progreso, en 1961 en Punta del Este, conversamos, junto a otros compañeros estudiantes, con el Ché Guevara. Imagínense la emoción que ello significaba. En mi caso, influido por los editoriales de Marcha del Dr. Carlos Quijano, le pregunté al Ché sobre el imperialismo brasileño. Me contestó: cuando veas al imperialismo brasileño fíjate si atrás no hay una empresa norteamericana. Los gobiernos de Lula y Dilma tuvieron relaciones correctas con los EEUU, pero con posiciones en distintos planos claramente divergentes. Lula veía un papel de las fuerzas armadas de los países de la región distinto al de EEUU, lideró el proceso de votación contra el Alca en el 2005, lideró también la creación de la Unasur y luego de la Celag para construir y para defendernos y negociar en mejores condiciones con los EEUU. Por supuesto, que las transformaciones sociales que llevó adelante el PT, como sacar 30 millones de personas de la pobreza, no eran del agrado de los gobiernos de los EEUU y temían que sirvieran de ejemplo, para el resto de los países de la región. Pudo haber intervención extranjera, por lo menos como método, de usar a los grandes medios de comunicación para declarar como corruptos a políticos de izquierda y facilitar la intervención del Poder Judicial, como ocurrió en el caso de Lula.
Pero a nuestro entender en el triunfo de Bolsonaro o la derrota del PT influyen mucho más factores internos. Me llamó la atención la violencia anti PT con manifestaciones que provienen de antes de la copa mundial de futbol y que el PT no encontró las respuestas necesarias. Un punto central es el de la corrupción que abarca a todo el sistema político, pero que se centró contra el PT. Meirelles, presidente del Banco Central en los gobiernos de Lula, facilitó un brutal atraso cambiario, fruto de la entrada de capitales financieros especulativos, que llevó a la industria manufacturera a pasar de más del 30% del PBI a sólo 8% en la actualidad. Los errores del PT no son menores.
Ganó Bolsonaro con la bala, o sea los militares, con la biblia, o sea los evangélicos y con el buey o sea los del poder económico. Influyeron también las noticias falsas de las redes sociales con importante papel contra el PT.
En el Uruguay no hay posibilidades en la actualidad que aparezca un Bolsonaro. Fue muy triste el papel de Novick y la senadora Alonso. Agrego la nueva actitud del senador Larrañaga, históricamente moderado, declarar contra los inmigrantes en un contexto de derechización en el tema de la seguridad. Pero en el Uruguay el sistema y las instituciones democráticas siguen siendo muy fuertes. El sistema político es muy civilizado y con cierta capacidad de diálogo, aunque surgen expresiones muy duras de la oposición que lo limitan. La novedad es la presencia militar con las declaraciones de Manini Ríos en varias oportunidades, del Presidente del Centro Militar y de un video de un militar retirado que pueden afectar principios básicos de la democracia. Uruguay es una isla en la región. Pero también la izquierda queda aislada. No hay ningún gobierno en la América Latina que le pueda otorgar algún tipo de ayuda al gobierno del Frente Amplio. Tengo preocupaciones porque hay descontentos y descreimientos de votantes frentistas, que no aceptan la corrupción, aunque el Poder Judicial no se ha expedido definitivamente sobre el caso Sendic. Que tienen problemas con la seguridad y con las dificultades en el empleo. Sectores medios que se sienten afectados por los aumentos del impuesto a la renta de las personas físicas exclusivamente a los trabajadores. Debilidades del gobierno actual, debilidades de la fuerza política que no puede lograr decisiones sobre temas relevantes, que perdió vínculo con las organizaciones sociales, que tiene enormes dificultades de movilización social para realizar un gran acto de masas.
Espero que no se afecte la unidad de acción, que es una de nuestras grandes fortalezas que nos distingue de las izquierdas de otros países. Porque si se pierde la elección y gana el partido Nacional, sólo tenemos que mirar a Argentina y Brasil para saber lo que nos espera. El triunfo de Bolsonaro puede permitir más avances de la derecha.