Manifiesto sobre Salud y Ambiente: Círculo Verde – Casa Grande



El ambiente no es solo el espacio donde vivimos, incluye también las relaciones entre los seres humanos, el agua, el suelo, el aire y los otros seres vivos con quien lo compartimos. El ambiente y los seres humanos están interconectados y son interdependientes. Somos naturaleza. Esta interdependencia y ecodependencia entre las personas y su ambiente impactan la vida en distintas maneras. Los problemas ambientales son ante todo problemas sociales (Herrero, 2015). En este momento existe una crisis ecológica consecuencia del impacto destructivo de altos niveles de producción, consumo y movilidad. El actual modelo social, económico y cultural subordina la vida a la lógica de la acumulación. Este modelo es ecológicamente destructivo y socialmente injusto, ya que está basado en relaciones socioeconómicas y ecológicas explotadoras. Se cosifica la naturaleza y el trabajo humano para crear ganancias a costa de la naturaleza y los trabajadores. Se contaminan cuerpos y territorios para obtener beneficios económicos que se distribuyen de forma desigual. Revertir esta situación implica promover la construcción de un modelo alternativo que considere las dimensiones biofísicas, económicas, sociales y políticas del ambiente. Un modelo en el que el énfasis no esté solo en la producción, sino también en la reproducción. Es decir, un modelo que priorice el sostenimiento de la vida.

La relación dialéctica entre ambiente y seres humanos se ve condicionada por los límites de los ecosistemas. La salud del ambiente se relaciona con la salud de las personas y las acciones de las personas afectan la salud del ambiente. Una perspectiva multidimensional de la salud incluye reconocer la importancia de los vínculos y relaciones entre personas y ambiente, así como la vulnerabilidad de los cuerpos y la vida. Para sostener la vida, la producción tiene que estar ligada al mantenimiento de la vida y al bienestar de las personas (Pérez Orozco, 2012). Esto requiere poder distinguir entre lo necesario para satisfacer las necesidades humanas con criterios de equidad y lo que mejora la calidad de vida.  Esto implica no solo mantener las posibilidades de vida sino crear condiciones para generar una vida digna para toda la población. La sostenibilidad tiene que ir acompañada de la equidad (Herrero, 2015).

La transición a un modelo económico, cultural, social y político que permita la sostenibilidad de la vida implica gestionar el territorio de formas diferentes, reducir la presión sobre los ciclos naturales y ecosistemas, situar como prioritario el bienestar de las personas (y otros seres vivos) y la reproducción de la vida. Para construir una alternativa al modelo del “mal desarrollo” (Shiva, 1995), se necesita construir relaciones armónicas y cooperativas entre los seres humanos y el ambiente.

Nuestra tarea es generar conciencia pública acerca de los peligros para la salud de los humanos y el planeta de mantener el statu quo. Al mismo tiempo, nuestro trabajo incluye visibilizar y construir espacios para impulsar una política de cambio social.

 

LÍNEAS DE ACCIÓN:

 

  1. Promover cambios en los patrones de producción, consumo y usos del territorio que vinculen la biodiversidad, la justicia social y la sostenibilidad de la vida.

Desarrollaremos acciones a nivel nacional, departamental y municipal que incorporen criterios ecológicos, de salud ambiental y justicia social en la gestión y gobernanza de la producción, consumo y usos del territorio. A nivel nacional, apoyaremos modelos alternativos de matriz productiva (ej. circuitos cortos, soberanía alimentaria, resiliencia ante cambios climáticos) que promueven el uso y reproducción de la vida de forma sostenible (ej. Agroecología) protegiendo elementos de alto valor y vulnerabilidad a nivel ecosistémico como el agua, los suelos, las costas, especies importantes para la reproducción y la salud (ej. polinizadores). Promoveremos la ley de agroecología y daremos visibilidad al trabajo de organizaciones aliadas (ej. Red de Agroecología), discutiremos desafíos como la producción de conocimiento y las posibilidades de coexistencia de modelos productivos.

También trabajaremos por la incorporación del criterio precautorio y el cuidado de la biodiversidad como bases para la toma de decisiones a través de la promoción de una ley de bioseguridad que incluya la moratoria de transgénicos y la prohibición de agrotóxicos. A nivel departamental trabajaremos una agenda en torno al reciclaje, el etiquetado para consumo responsable y la movilidad verde. A nivel municipal, promoveremos iniciativas de huertas urbanas a nivel comunitario.

 

  1. Profundizar la participación ciudadana y democratización en la gestión del ambiente.

Realizaremos una agenda de actividades de carácter abierto para fomentar la participación pública en temas ambientales. A través de estas actividades crearemos espacios para registrar las preocupaciones de la población sobre temas ambientales, generaremos espacios de debates y exploraremos iniciativas para dar respuesta a estas preocupaciones. Apoyaremos consultas populares para que la ciudadanía exprese su voluntad frente a decisiones que afectan el ambiente y su entorno. Estos ciclos permitirán concientizar y educar al público sobre temas ambientales para generar compromiso y empoderamiento de la ciudadanía (ej. Agrotóxicos en alimentos, áreas de trabajo y salud). Realizaremos movilizaciones y acciones de hecho para impedir el avance de actividades extractivas, contaminantes o que limitan los derechos humanos.

 

  1. Impulsar iniciativas a nivel institucional y social que integren una visión integral de salud y ambiente.

Contribuiremos al monitoreo de alertas de salud y ambiente de la población en general y los trabajadores. Promoveremos la articulación institucional del MSP y el MVOTMA y políticas proactivas para la coordinación del control de impactos ambientales negativos en la salud. Trabajaremos para que se integren los impactos en la salud como requisito en los estudios ambientales de nuevos emprendimientos. Colaboraremos con sindicatos y otras organizaciones sociales para generar conciencia, compromiso y empoderamiento sobre la problemática de salud y ambiente.

 

Bibliografía

Bandeira, Elisa, et al. (2018) Estrategia Integrada de Ambiente y Salud. Subgrupo Ambiente y Salud, Unidad Temática de Ambiente, Comisión de Programa

2020-2025. Frente Amplio.

Carvajal, Laura (2016). Extractivismo en América Latina. Bogotá: Fondo de Acción Urgente. América Latina y el Caribe.

Herrero, Yayo (2015) Apuntes introductorios sobre Ecofeminismo. Centro de documentación Hegoa Boletín de Recursos de Información. 43:1-11

Mellor, Mary (2000) Feminismo y ecología. México: Siglo Veintiuno.

Pérez Orozco, Amaia (2017) Subversión feminista de la economía. Aportes para un debate sobre el conflicto capital-vida. Madrid: Traficantes de Sueños.

Shiva, Vandana (1995) Abrazar la vida. Mujer, ecología y desarrollo. Madrid: Horas y Horas.

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