Compartimos las palabras de nuestra compañera Mariana Felártigas, edila de Montevideo por Casa Grande, en el homenaje realizado por la Junta de Montevideo el miércoles 29 de noviembre a los profesionales y técnicos del Hospital de Ojos «José Martí» en sus 10 años de labor.
«Estamos hoy en esta Casa, celebrando que hace 10 años, se inauguraba en uno de los pabellones del Hospital Saint Bois, el Hospital de Ojos. Aquel 29 de noviembre de 2007, se iniciaba en nuestro país, la segunda etapa de la Operación Milagro, antecedida por 25 viajes a Cuba entre 2005 y 2007, bajo el primer gobierno frenteamplista, donde fueron operados 2027 uruguayos y uruguayas pobres, condenados a la ceguera por no poder pagar una operación de cataratas.
La ‘operación Milagro’, que le ha devuelto no sólo la visión sino también las ganas de vivir a más de 75.000 personas en Uruguay, nació en 2004 a iniciativa de los Comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez.
Cuenta el Director General del Instituto Cubano de Oftalmología ‘Ramón Pando Ferrer’, el Dr. Marcelino Ríos, en una entrevista ‘Todo empezó un 9 de julio del 2004. Recuerdo que era un viernes, ya de noche, pasadas las siete de la tarde. Una gran parte del personal, como es lógico, ya se había ido a su casa. Empezaba el fin de semana… Y, de pronto, me anuncian que llega, de improvisto, Fidel. ¡Imagínese!’
El Dr. Ríos se echa las manos a la cabeza y hunde los dedos en su espesa cabellera gris mientras, abriendo bien grandes los ojos, trata de reproducir la traumática sorpresa de entonces: ‘Ignoraba a qué venía el Comandante… Y me puse a reunir a todos los doctores que, a esa hora, podía encontrar disponibles. No eran muchos, cuatro o cinco a lo sumo. Llegó Fidel, con su uniforme verde oliva, sus botas altas, afable como siempre. Venía solo, sin ningún ministro. Nos reunimos en un salita pequeña. Expectantes… Y ahí, sin muchos preámbulos, bebiéndose un vaso de agua, Fidel nos pidió, como un favor, si podíamos recibir el día siguiente por la mañana –un sábado…— a un grupo de cincuenta pacientes venezolanos que estarían llegando de Caracas para ser operados de cataratas…’
‘Al día siguiente –prosigue el Dr. Marcelino Ríos— a las siete de la mañana, llegaban a nuestro hospital los cincuenta venezolanos anunciados por Fidel. Una hora después ya habían sido operados los primeros de ellos. Y el lunes siguiente, nuestros siete cirujanos, trabajando sin descanso, habían operado a todo el grupo. Me llamó Fidel para felicitarnos y preguntarme si podíamos operar a más gente… ¿A cuántos más? le pregunté. Y ahí es cuando me dice que, sin duda, se había expresado mal porque lo que él nos había pedido era de operar a cincuenta venezolanos… ¡por día! Además eso no debía perturbar el servicio a los pacientes cubanos que ya operábamos normalmente…’
La Dra. Eneida Pérez recuerda ‘Tuvimos que traer a otros siete oftalmólogos del interior del país porque no dábamos abasto…— Tuvimos que constituir dos grupos: cada cirujano operaba a unos sesenta o setenta pacientes por día… En total, los catorce cirujanos operábamos a una media de unos 500 pacientes cada día… Fue un reto formidable. Tuvimos que sobrepasarnos. Dos meses después, habíamos operado a unos 14 mil pacientes. Casi todas eran personas sin recursos. Con anécdotas muy conmovedoras: madres o padres que veían a sus hijos por primera vez… Ciegos de nacimiento –porque hay cataratas de nacimiento…— que por fin recobraban la vista y descubrían el mundo… Muchos lloraban de emoción. Humanamente fue una experiencia fabulosa.’
En 2005, luego de las primeras 50.000 cirugías a ciudadanos venezolanos, se anuncia la existencia del convenio mediante el cual se crea la ‘Misión Milagro’ que plantea intervenir quirúrgicamente a seis millones de latinoamericanos, aquejados de enfermedades oculares, en un lapso de una década. Se le llamó ‘Milagro’ porque es la expresión popular de centenares de pacientes que, al recobrar la vista, dicen sorprendidos: ‘¡Es un milagro!’
Gracias a la solidaridad del gobierno de Cuba, Uruguay es parte del ‘milagro’ y cuenta con un centro de ojos con equipamiento de alta tecnología y profesionales ampliamente calificados con un gran compromiso humano, que no sólo atienden a quienes llegan hasta Villa Colón por sus propios medios, sino que recorren el país con las pesquisas, buscando en los rincones más recónditos, a aquellas personas que por desconocimiento o lejanía, se les dificulta acceder a una consulta con un oftalmólogo.
Este Hospital lleva con mucho orgullo el nombre “José Martí, un hombre presente en la historia de ambos pueblos: como poeta, pensador y héroe en Cuba y como cónsul uruguayo en Nueva York entre 1884 y 1892 que por su talento, cultura, integridad personal e ideas avanzadas fue propuesto por Enrique Estrázulas al Presidente Máximo Tajes.
Este Hospital, referente regional en el tratamiento de patologías oftalmológicas, surge de la solidaridad infinita de un país pobre y bloqueado pero con un sentido de justicia social digno de admiración y respeto.»