Los orígenes del Frente Amplio



En momentos en que el FA analiza y debate sobre la estrategia política hacia el 2020, nos parece de interés reconstruir los factores centrarles que le dieron origen  en 1971. Son causas internacionales e internas, tanto políticas como económicas y sociales. Partimos de que el Frente es una fuerza política que recibe los mayores elogios en América Latina, por su extraordinaria capacidad de mantener la unidad después de 46 años de su creación. Antes de la creación del FA la izquierda tenía fuerza en el movimiento sindical y estudiantil a través del partido comunista, el socialista y los anarquistas. Pero electoralmente solo  alcanzaban alrededor del 4% de los  votos.

En el campo internacional era la etapa de la guerra fría con el predominio de los EE UU en el capitalismo y de la URSS en el socialismo. La presencia de un campo socialista generaba expectativas de que era posible superar el capitalismo y que la propia Unión Soviética podría dar apoyos, aunque mantuvieras reservas críticas de  dicho régimen. Hoy el campo socialista es prácticamente inexistente, no contamos con paradigmas socialistas y hay menos sueños utópicos. En lugar de  emociones y solidaridades hay consumismo.

         Otro factor relevante fue la revolución cubana, que impactó en el  escenario político nacional y en los movimientos sociales. Fue determinante en las elecciones de 1962, donde la izquierda se presenta a través del Fidel (con el partido comunista, políticos provenientes del partido nacional como Luis Pedro Bonavita y Ariel Collazo e independientes) y la Unión Popular (socialistas, Erro del partido nacional, Nuevas Bases e independientes). Era el inicio de un proceso unitario. En 1961 se crea la Alianza para el Progreso, liderada por los E UU de Kennedy, para enfrentar la revolución cubana, con la característica que proponía medidas como la reforma agraria, la industrialización y la planificación. La reunión de Punta del Este que crea, esta  Alianza, me permitió conocer y dialogar con el Che Guevara que vino en representación de Cuba. Dos acontecimientos más cercanos a la creación del FA en el plano regional, lo constituyen el triunfo de Allende en Chile con el intento de implantar el socialismo en democracia y la experiencia peruana de Velazco Alvarado. Ésta implantó la reforma agraria, nacionalizaciones en la minería y la  comunidad industrial, que le daba a los trabajadores participación en el capital, las utilidades y la gestión. Con estos cambios se transformaba la propiedad de más del 60% de la producción del sector moderno. Darcy Ribeiro, famoso antropólogo brasileño, asesor de Allende en Chile, se iba a Perú y me decía; “ me voy de un país que hace socialismo pero no hace revolución a un país que hace revolución pero no hace  socialismo”. El tema central de la revolución era la participación social. En Brasil y Argentina gobernaban dictaduras militares con amenazas: si ganaba el Frente Amplio  podría haber una invasión militar desde Brasil.

         En el plano interno se vivía un estancamiento económico desde 1955, con profunda crisis financiera en 1965 y una inflación de tres dígitos en 1967. En el plano  político-social se daba una especie de intensificación de la lucha de clases, con represiones a los sindicalistas especialmente en el período de Pacheco Areco. En 1968 la represión policial genera la muerte de estudiantes. El sepelio de Líber Arce muestra una presencia de alrededor de 150.000 personas. El descontento se amplifica y afecta a los partidos tradicionales que se debilitan, que no saben cómo resolver la crisis económica y que se derechizan. Esto facilita los desmembramientos de Seregni, Michelini y Roballo en el  partido Colorado y de Erro y Rodriguez Camusso en el partido Nacional y que van a ser parte relevante de la creación del FA.

         Del lado de la izquierda, influyen la unidad del movimiento sindical con la creación de la convención nacional de trabajadores, CNT en 1965, eventos  como los del Congreso del Pueblo, donde participamos en la elaboración programática, y muchas  acciones de la guerrilla urbana tupamara que tenían cierta popularidad, y que da lugar a la creación del Movimiento 26 de Marzo que integrará el Frente Amplio y cuyo representante en la  Mesa Política era Mario Benedetti. Es muy relevante  la alianza de comunistas y demócratas cristianos. El partido comunista planteaba la  formación de frentes populares que contribuían a la unidad y la actitud abierta  de la democracia cristiana, generándose la primera alianza entre ambos sectores.

         Fueron muy importantes las personalidades en la dirección del FA. Destacan nítidamente Seregni, Crottogini, Arismendi, Juan Pablo Terra, Héctor Rodriguez, José Pedro Cardoso, Michelini, Roballo, Erro y Rodriguez Camusso, entre otros. La creación espontánea de los comités de base barriales y funcionales (en las empresas), tuvo una extraordinaria relevancia, por su   creatividad, porque participaban independientes y de todos los sectores del FA y jugó un papel  central en la cultura de la  unidad. Había descontento social, mucha bronca por la represión policial, por el cierre de  diarios, por las detenciones, por la muerte de estudiantes, porque se gobernaba bajo el régimen de medidas  prontas de seguridad. El FA era capaz de organizar actos simultáneos en todos los barrios de Montevideo. Recuerdo que el más grande  fue el de Rivera y Soca lo que mostraba a las capas medias con fuerte representación en las bases frentistas.

         El programa del FA tomaba elementos de la corriente de la dependencia. Era anti oligárquico y antiimperialista, con medidas centrales  como la reforma agraria, la nacionalización de la banca y del comercio exterior (incluyendo la  comercialización de los rubros de exportación y la industria frigorífica). Fue muy relevante el acto inicial del 26 de marzo de 1971, en la explanada municipal, con un extraordinario discurso de Seregni, donde tuve la suerte y el honor de participar como integrante del grupo asesor de Seregni. El acto final, fue tan grande, que asustó a  la derecha y a los  partidos tradicionales.

         El  FA se creó para  defender la democracia, que estaba en peligro como lo demostró el golpe de 1973, y para llevar adelante un proceso de transformaciones económicas, sociales, políticas y culturales para alcanzar paradigmas de la izquierda como la  igualdad. Hoy somos gobierno, hemos defendido la democracia, hemos conseguido mejoras sustantivas en la baja de la pobreza y la indigencia, en la baja del desempleo, en la mejora de la distribución del ingreso, logros en los derechos ciudadanos, que no solo se deben mantener sino que es necesario e imprescindible seguir avanzando. La elaboración de la estrategia política hacia el 2020 no es un tema menor, porque se requiere convencer, volver a reencantar y emocionar porque queda mucho por hacer. La situación internacional y regional es diametralmente distinta a la de la creación del FA. Pero en lo interno mucho dependerá de  nosotros mismos, de analizar la realidad objetivamente como lo hizo en su discurso de la semana pasada el vicepresidente de Bolivia Alvaro García Linera, que realizó una excelente presentación en la huella de Seregni.

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